El ROCK nacional brilló con luz propia. AKASH después de 2 años en BOGOTÁ

Fotografía: Zulma Palacios.

Redacción: Zulma Palacios.

La noche del 23 de octubre, aunque más fría de lo acostumbrado y pasada por mucha lluvia, prometía unas horas interesantes de rock nacional, si ya de por sí desde hace algunos meses Bogotá ha tenido la oportunidad de volver a esos espacios que por la pandemia debió olvidar por una larga temporada, en el ambiente se sentía la ansiedad y la emoción de volver a cantar a dúo con el artista favorito, corear con amigos esas canciones que nos llegan al alma y que nos traen algún recuerdo o muy romántico o muy triste.

Recuerde la entrevista que le hicimos a Akash el pasado 23 de septiembre desde nuestro Facebook Live 

https://fb.watch/90dEBWkfkU/

Luego de algunas tandas de música internacional, las luces del escenario del Ace Of Spades se encendieron para darle paso a Jauria Heavy Metal capitalino quién calentaría los motores del público de una forma espectacular pues allí en el escenario el poder de su vocalista acompañado de las guitarras y letras de cada canción hicieron que todo el público dejará a un lado esa conversación o sesión de fotos para disfrutarse conocer y/o corear canciones que nos hicieron remover el asiento y comenzar a calentar lo que prometía ser una grandiosa noche.

Pese a las dificultades técnicas que se vivieron a lo largo de la noche, cada uno de los artistas nos mostró su calidad sonora, musical y vocal con la que todos los asistentes nos sentimos a gusto y de comienzo a fin disfrutamos una a una cada canción o puesta en escena que nos entregaban.

Luego de disfrutar del poder sonoro y guitarras distorsionadas de Jauria nos prepararíamos para lo que sería un grandioso Torno cargado de como ellos lo definen un Speed Heavy Metal, ágil, veloz y lleno de colores; un performance interesante que nos llenaba de curiosidad por conocer y escuchar una a una sus canciones que ya con el pasar del tiempo lograron descrestar y nos motivaban a continuar con el arranque de la anterior banda cuyo fin era el de mantener la energía al 100% para lo que sería un cierre con broche de oro; luces, vestuarios de muchos colores, un escenario completamente dinámico y el ambiente lleno de energía total, estos bogotanos harían que la ansiedad y expectativa por el gran cierre de la noche tuviera más movimiento y se esperara con calma y con la mejor actitud. Torno, sería la puerta para una banda que nos traería además de recuerdos la oportunidad de corear y vivir en carne propia un muy buen Heavy Rock argentino.

Con ustedes Preludio obsesivo, de la ciudad de Armenia, banda tributo a Rata Blanca. Esta banda sería la encargada de darle paso a Akash, pero también la encargada de hacernos revivir esas canciones memorables de estos argentinos; la espectacular voz de Alejandro Pinzón nos remontaría a lo que los colombianos hemos logrado presenciar en una de las muchas visitas que Rata Blanca le hiciera a Colombia, en mi caso, el concierto del 2005 llegaría a mi mente de manera muy espontánea.

Las sorpresas con Preludio obsesivo, no se quedarían ahí pues para sorpresa, por supuesto, muy grata de todos, el baterista de la misma era el señor Fernando Martínez, integrante de Akash; con canciones como “Ella” y “Talisman” entre otras.

Pues bien, dentro de toda esta avalancha de recuerdos y coros incesantes por parte del público le daríamos paso a las leyendas, a esa banda por la que nos encontrábamos ahí en ese momento contando los minutos para poder disfrutar de ellos en su totalidad.

Las luces se apagaron, una nube de humo fue la protagonista en el escenario, mientras todos alistábamos nuestros dispositivos electrónicos para poder darle la bienvenida como debía ser, nos preparábamos como buenos “hijos de Akash” para recibir a; Roberto Munard, Jairo Alberto Moreno, Fernando Martínez, Diego Iván Serna y Miller Garibello. Akash, en medio de sonrisas nos saludaría y el público ovacionando esa entrada triunfal empezaría a gritar, saludar, pedir canciones, gritar los nombres de cada uno de los integrantes y pedirían el inicio del mejor show de la noche.

Comenzando con los agradecimientos de parte de Jairo, la tención tanto en el escenario como en el público eran únicas, la alegría de volver a ver esta banda era incontenible. Arrancaron tocando canciones del álbum Neurosis, decisión por cierto muy bien recibida por el público, luego una a una entre conversaciones, solicitudes del público, se desataron intervalos de canciones entre Neurosis y Más allá de la realidad. Era difícil definir que canción se cantaba con más fuerza o que corro retumbaba más fuerte los muros del Ace Of Spades.

Al pasar la noche la adrenalina iba subiendo, el público satisfecho y complacido cantaba uno a uno los temas de estos monstruos, los más cercanos coreaban junto a Jairo y Roberto las canciones de su preferencia, se acercaban a cada uno de los músicos para las famosas “selfies” cuándo de la nada el reloj fue el enemigo de todos y cada uno de los asistentes pues Akash, nos va anunciando el fin de su show, el momento de la despedida, no sin antes dar las gracias por el amor, el cariño y sobre todo el respeto que hoy después de más de dos décadas se mantiene hacia la banda, Jairo, comienza a presentar a los músicos y ofrecer aplausos para cada uno de ellos, seguido a esto, le da las gracias a los “Hijos de Akash” pues pese a las subidas y bajadas de la banda, el público sigue ahí, apoyando fuerte y con tenacidad a una agrupación que lo merece todo.

Dentro de los agradecimientos de Jairo, una voz del público grita “Una sonrisa al atardecer”, a lo que la banda con asombró decide decir, no, pues el tiempo ya no daba para más canciones y con aplausos y despedidas proceden a retirarse del escenario; este se pone oscuro, el público guarda silencio y entre pequeños susurros comienzan lo que será la salida del establecimiento pero de pronto una guitarra comienza a sonar y el público grita y despierta coreando lo que es la canción insignia de la banda.

Acá queridos lectores debo confesarles que durante 7 minutos olvide por completo mi papel en el evento, la cámara paso a un segundo plano, observar al público fue lo último en lo que pensé y me uní a la banda y asistentes en una sola voz cantando a grito herido esta hermosa y siempre recordada canción.

Desde el medio queremos extender nuestros agradecimientos al señor Camilo Rock the night y todo su equipo de trabajo por habernos permitido cubrir este evento.

Galería de fotos.