‘THRILLER’ de MICHAEL JACKSON: Legado que une a la música

 

Foto: The Green Head

A comienzos de los años ochenta, un joven Michael Jackson estaba empezando a cosechar reconocimiento como consecuencia de su talento principalmente en su rol de cantante y bailarín, obteniendo buenas ventas por su álbum Of The Wall, publicado durante 1979.

Personalmente sin embargo, no atravesaba por un buen momento, dado que recién empezaba su independencia como solista, pero en la cual manifestaba sentirse solo y en la que también sentía que los grandes medios culturales no le abrían correctamente las puertas, como un artista afroamericano que recién comenzaba a hacerse un espacio en la industria por su propia cuenta.

Michael Jackson con Paul McCartney

«Quiero ser la estrella más famosa (y rica) del mundo del entretenimiento», dijo en 1982 a su manager John Branca y como si se tratara de esa fuerza enorme que se llama voluntad, realizó labores con el productor Quincy Jones, un amplio conocedor y peso pesado de la música estadounidense, ensamblando un total de 30 canciones para un nuevo disco, de las que resultarían finalmente nueve, y con una serie de colaboraciones que pronosticaban un fenómeno sonoro para el momento.

En las grabaciones figuran los nombres de Paul McCartney, Eddie Van Halen, algunos miembros de los legendarios Toto y la voz del tenebroso Vincent Price, solamente por mencionar a unos cuantos personajes. El resultado final y que además rompió esquemas, incluyen la incursión avanzada y justa de ritmos que transitaron libremente en un Lp de 20 minutos por cara (lo normal eran 27 por lado) como el hard rock, jazz, funk, y soul, junto a las baladas, para darle un cuerpo ecléctico a la antología ingeniada por la dupla Jackson-Jones.

Hasta nuestros días, Thriller es el larga duración más vendido de todos los tiempos, con un muy aproximado número de 105 millones de unidades, una cifra que fácilmente se desdibuja al tener en cuenta sus reediciones y múltiples formatos. Culturalmente fue la manera más clara como las grandes cadenas como MTV (el videoclip del tema homónimo da para uno y mil artículos enteros) y Rolling Stone dilataron sus espacios exclusivamente en un principio para artistas de raza blanca, cuando tiempo atrás la mundialmente revista de rock se había rehusado a hacerle una entrevista: giros de la vida.

Jackson también fue homenajeado con el premio Grammy, galardón que también le fue esquivo años anteriores, junto a una industria que ahora tenía frente a sus narices un icono absoluto de la cultura pop y que ya no podía seguir ignorando.

Treinta y cinco años de su publicación, con siete sencillos de categoría hit junto a un presupuesto de 750.000 dólares de la época (menos de 2 millones ahora) la obra maestra del polémico artista sigue embistiendo con fuerza en una era donde las reglas de la tecnología y el mainstream cambiaron nuestra visión del mundo para siempre. Los grandes siempre saben pisar fuerte, no importa su ubicación en el tiempo ni en el espacio.

Foto: Michael Jackson y Eddie Van Halen en 1982

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