FANTASMAS Y DIOSES ALTERAN EL ORDEN ESTABLECIDO: KATAKLYSM EN EL LUMIERE

 

 

 

La agenda de toques internacionales en el país  sigue marcando veladas inolvidables; a causa de eso, el metal tuvo como escenario el Auditorio Lumiere de Bogotá hace algunas noches, puntualmente la del pasado 28 de abril, cuando la nueva visita del conjunto canadiense Kataklysm fue motivo especial para una fría aunque muy esperada Death Metal Beer Night. A pesar que la fidelidad a la labor nos mantuvo algo alejados de tan precioso líquido, la música definitivamente como anfitriona supo atrapar a los espectadores desde los amplificadores, instrumentos e incluso el tornamesa y los vinilos, esto último gracias al reconocido locutor Andrés Durán, maestro de ceremonias para el evento.

Casi marcaba el reloj las diez de la noche mientras alrededor del recinto un buen número de metaleros divagaba con latas de licor (vaciándolas y arrojándolas al suelo), haciendo tiempo para ver a los originarios de Montreal. Lo mejor fue ingresar al auditorio y notar un número mucho mayor de headbangers apreciando el espectáculo de Absolution Denied, señores que desde Medellín vienen izando una buena bandera en pro al Death metal melódico. No faltaron en absoluto temas de su producción “Once We Were Humans” y su sencillo “My Darkest Days” (para la próxima ustedes, quienes se quedan afueran, los invitamos a conocer las bandas nacionales que están ayudando a crear en realidad una escena, como ellos).

 

 

 

Bogotá entre tanto no podía quedarse quieta ante la presentación de los antioqueños y para ello, la noche cervecera trajo a Under Threat, bajo al mando de los hermanos Nicolás y David Bermúdez a propósito de sus dos décadas de existencia. Hablar de su repertorio es extenso y en cada compacto de su autoría es palpable una búsqueda técnica hacia esferas que no se conforman en lo que reproducen muchas bandas una y otra vez (la experiencia de los años). En vivo, una muchedumbre eufórica y atenta a sus movimientos  pudo ser testigo de un viaje a través de canciones incluidas en sus álbumes Deathmosphere”, el implacable “The Manifested Void” y su debut “Hipóstasis”, recordado además por seguidores veteranos del género. Con un anticipo de lo que vienen haciendo para el 2017 y con una energía alta que se asomaba al punto clave del concierto, sus integrantes  pudieron jactarse sin mucha dificultad de desempeñar un buen rol y demostrar por qué el metal es viable en Colombia.

 

 

 

Kataklysm arribó tras una impaciente cantidad de minutos en los cuales afanosamente los asistentes pretendían ubicarse en un buen lugar pese a todo (incluso a sus semejantes). Quienes sepan algo de la banda, conocen sobre su amplio recorrido en la música extrema, razón por la cual no era posible perder de vista y oído un trayecto a través de su colección sonora, incluyendo su pieza más reciente “Of Ghosts and Gods” del 2015. Bien supieron elegir una manera de arrancar  su recital con “Like Angels Weeping (The Dark)” para reencontrarse con una Bogotá que no veían hace dos años; a fin de mantener una temperatura sedienta de cebada, fue acorde que su frontman Maurizio Iacono entonara la letra de “The Black Sheep” siguiendo con la aún vigente “As I Slither”, predilecta por el coro de los fans presentes en la cita. Con “Taking the World By Storm” el clima fue propicio para darle a la capital colombiana una versión de este tema completamente única, caso similar en “At The Edge of The World” y la demoledora “The Ambassador of Pain”.

 

 

 

Con manejo malicioso a la euforia colectiva de los metaleros, Iacono y compañía decidieron que la noche estaba para algo más clásico, así que optaron por “Manipulator of souls” y entre otras cosas  compenetrarse con la gente, utilizando algunas frases en español para mencionar grandes nombres del fútbol como Cuadrado y James Rodríguez y así abrirle espacio a “Where the Enemy Sleeps” junto a “Push the Venom”. Era momento de retomar algo de su actual gira y fue la oportunidad de interpretar “Thy Serpent´s Tongue”, reptando ferozmente para sumergirse de lleno en “Blood in Heaven” y la canción “Soul Destroyer”. El ‘cataclismo’ de metal se acercaba su final y lejos del cansancio, los seguidores de la banda no concebían que el setlist terminara, así que los canadienses remataron con “Serenity in Fire”, la no tan veloz Crippled & Broken para cerrar con “The Road to Devastation” demostrando la preferencia del grupo por algunos de sus discos particularmente. El ritual del caos aparentemente había cesado allí, pero como el espectáculo anhelaba dilatarse aún más, la veterana “In Shadows & Dust sonó como un homenaje a los días pasados entre agrupación y fanaticada, casi el punto de partida de su sonido por este costado del continente. La alteración del orden, la "pola" y las cabezas que se sacudieron con fuerza fue cerrada con honores gracias a “The Road to Devastation”. Kataklysm entregó un metal de alta factura nuevamente, apero como si se tratara de su primer paso por tarimas nacionales. A veces es necesario crear un estruendo musical sobre el bullicio de la rumba capitalina. Le recuerda al mundo que los grandes cambios provienen de grandes tempestades.

 

 

*fotos por Janis Elizabeth P.

 

 

Joel Cruz

@johellcrvx